Desecha la santidad y la sabiduría,
y la gente será cien veces más feliz.
Desecha la moralidad y la justicia,
y la gente hará lo correcto.
Desecha la industria y el provecho,
y no habrá ladrones.
Si estas tres cosas son insuficientes,
permanece en el centro del círculo
y deja a las cosas que sigan su curso.
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