El concepto
hindú de karma viene referido a una ley moral de causa y efecto: “Haz el bien y
te ocurrirán cosas buenas, haz el mal y te ocurrirán cosas malas”. El camino
del bien es definido con la palabra dharma y la acción incorrecta karma. Según
la teoría de la reencarnación en karma se va acumulando y uno se seguirá
reencarnando hasta que logre limpiar o eliminar ese karma, consiguiendo así
salir de Samsara, la rueda de reencarnaciones y alcanzar la iluminación,
nirvana, cielo o como se quiera llamar.
Con los
pensamientos ocurre lo mismo que con la ley del karma: Piensa cosas buenas y
las atraerás, piensa cosas malas y las atraerás, (“Así como arriba es abajo”-El
Kibalion).
Vivimos en
un mundo muy material donde lo que prima es la apariencia, la acción el
exterior, sin darnos cuenta que en nuestro interior, en la mente, en el
subconsciente también ocurren cosas. El poder de la mente es alucinante aunque
muchos pretendan tacharlo de chaladura, pero es evidente que la riqueza
interna, y en ocasiones externa, de una persona viene determinada por la
naturaleza de sus pensamientos. Una persona que piensa en positivo generalmente
estará más sana que una persona negativa (Men sana in corpore sano). Alguien
cuyo entorno es triste, mísero, violento, se impregnará de pensamientos
negativos y no tendrá fuerzas para salir de esa situación. Alguien cuyo entorno
sea totalmente inverso, donde prime la tranquilidad, la estabilidad, la
alegría, la prosperidad, sus pensamientos serán positivos.
Los niños
cuando dibujan tienden a mostrar estos pensamientos y se puede adivinar el
entorno en el que viven, pero ellos por naturaleza suelen ser positivos, pues
todavía no han conocido el reto que supone ser un adulto. Cuando crecemos vemos
ciertas situaciones cuesta arriba, enseguida nos deprimimos, no atraemos nada
bueno, no vemos lo positivo, no actuamos y nos bloqueamos, pero el bloqueo
empieza con pensamientos como: “No puedo, esto es imposible, nunca voy a salir
de esta situación” y mientras perdemos el tiempo verbalizando estos
pensamientos, la negatividad va haciéndose cada vez más real ¡LA ATRÁES PORQUE
TE LA CREÉS! Es entonces cuando hay que cambiar el chip, y esto comienza por
modificar los pensamientos. Al pensar en
positivo la frecuencia de tus ondas cerebrales cambia, el cuerpo no se siente
tan cansado, de hecho puede sentirse más fuerte y nuestra autoestima sube lo
suficiente como para tomar una decisión, entras en acción y buscas lo que
necesitas. De ahí viene lo de piensa en positivo y te pasarán cosas buenas.
Algunas
personas pueden pensar que esto no es cierto, que los sucesos simplemente se
rigen por una ley cósmica como el karma y que el pensamiento no importa, si
esto fuera cierto, creo que los psicólogos conductistas ni existirían, porque
nuestro comportamiento lo puede generar
un millón de pensamientos.
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