Te vendrá muy bien entrenarte para desarrollar la
visión áurica intentando ver el aura de tus manos. No te desanimes si al
principio no ves nada. Debes darle tiempo y tener fe y, sobre todo, realizarlo
entre diez y quince minutos al día. Lo ideal es hacerlo en un cuarto al
atardecer.
1. Necesitarás una luz tenue, una pared blanca y una cartulina blanca lo bastante
grande para que entre tu mano.
2. Antes de comenzar realiza algunos ejercicios de
relajación , preferiblemente
oculares.
3. Extiende tus manos frente a ti aproximadamente a
medio metro. Con
la otra mano, pon detrás la cartulina blanca: la mano resaltará.
Con la mano así colocada contra la cartulina las
emanaciones de luz se detectarán más fácilmente a medida que centras tus ojos
sobre ella. Al principio aparecerá una suave neblina. Si has practicado antes
ejercicios de ojos, la neblina también reflejará colores.
Concéntrate en los bordes superiores de la mano y
luego en la zona a su alrededor. Repite varias veces sin dejar de concentrarte.
Luego relaja la mirada. El aura
de la mano aparecerá.
4. Con tu mano contra la cartulina, centra tu atención en las puntas de los dedos sin
dejar de mirarlas durante unos 30 segundos.
5. Deja de mirar las puntas y mira los dedos y luego toda la mano, así como la cartulina. Relaja la
mirada. A medida que vas dejando de mirar fijamente un punto para mirar otro,
empezarás a detectar una suave neblina alrededor de la mano.
6. Si tienes dificultad con esto, realiza algunos ejercicios de ojos con la mano contra la cartulina. Mueve los ojos alrededor del borde de la mano: la neblina aparecerá.
7. Pon atención a los colores si es que ves alguno, aunque parezcan
flotar. A
medida que desarrollas esta capacidad y aprendes a controlarla, comprobarás que
la habilidad para mantener los colores en tu campo de visión durante un tiempo
prolongado también se desarrolla.
8. Ahora utiliza ambas manos. Ponlas delante de ti con las palmas abiertas con la
pared blanca como fondo. Deberán estar situadas a la altura de los ojos y a una
distancia entre sí de unos 10 centímetros.
9. Al igual que hiciste anteriormente, mira fijamente los contornos de
los dedos, especialmente
los espacios entre ellos. Mantén la mirada así durante unos 30 segundos. Luego
relájela abarcando ambas manos con la mirada y el entorno circundante. Fíjate
en el contorno de las manos contra la pared blanca. Observa pasivamente.
10.
Lo que ves puede variar. Tal vez veas una suave neblina alrededor de tus manos,
unos destellos de color o un color único. Al principio suele ser siempre blanco
o azul, casi sin color.
A
medida que desarrollas tu habilidad, el color y la claridad del mismo, así como
la vibración del aura, se hará más discernible a tus ojos.
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