Hay un paralelismo curioso con el libro "El Árbol del Yoga" del Maestro Iyengar, que compara los 8 estadios por el que pasa el hombre antes de iluminarse, con las diferentes partes de un árbol.
Pues bien, los cutro niveles que describe Santa Teresa en su Libro de la Vida, puden compararse con los 4 últimos estadios que describe el místico Patanjali:
Santa Teresa los nombró de esta manera:
1.- Riego acarreando el agua con cubos desde un pozo.
Corresponde con la oración mental, interior o meditativa, que es un discurso intelectual sin repetición de oraciones aprendidas. Se trata de recoger el pensamiento en el silencio, y evitar las continuas distracciones. La definición de Teresa de oración mental está recogida en el Catecismo de la Iglesia católica: “…que no es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama.” (Vida, 8, 5). Es la etapa que más esfuerzo personal requiere para tomar la decisión de iniciar este camino.
Este primer nivel de oración se puede comparar con el quinto brazo del yoga, conocido en los Yoga Sutras de Patanjali como Pratyahara, traducido como: la sincronización de los sentidos y pensamientos o el retiro.
EXTRACTOS DEL LIBRO II (Los Yoga Sutras de Patanjali)
54. El recto apartamiento es el desenredo de los poderes de entre la trama de las cosas externas, y su retorno a la condición de conciencia. (PRATYAHARA)
Este es el método por el cual uno inyecta La Mente Única Universal dentro de la propia mente individual por un proceso de contracción. Uno sustituye un pensamiento positivo por cada pensamiento negativo para mantener una mente neutral. Utilizaremos pues la voluntad para actuar en base, solamente, a aquellos deseos que son universales. Todo esto nos va a conducir a contactar con la energía de La Mente Universal y extraerla para llevarla a La Mente Individual.
En el libro “El Árbol del Yoga” del maestro Iyengar, compara Pratyahara con la corteza de un árbol:
“Pratyahara se traduce como retirada de los sentidos. Ello significa
traer los sentidos desde la periferia de la piel hacia el núcleo del ser, el
alma. […] Pratyahara es el cultivo y educación de los sentidos de
percepción. […]
Con la ayuda de la inteligencia, los sentidos emprenden un viaje
interior, retornando a su punto de origen. […] Hacemos que la
memoria permanezca como inexistente, de forma que exista una
conexión directa entre la mente y la inteligencia. […]
Patanjali dice que en este estadio, la memoria, habiendo alcanzado su
madurez, pierde su existencia, y la mente, liberada de recuerdos
pasados, se vuelve siempre alerta, renovada y sabia.”
2.- Riego trasegándola con una noria.
Oración de quietud: también llamada contemplativa. La memoria, la imaginación y razón experimentan un recogimiento grande, aunque persisten las distracciones ahonda la concentración y la serenidad. El esfuerzo sigue siendo personal, se comienza a gustar de los frutos de la oración, lo que nos anima a perseverar.
Este segundo nivel es comparable con el sexto brazo del yoga conocido en los Yoga Sutras de Patanyali como Dhara: Concentración.
EXTRACTOS DEL LIBRO III (Los Yoga Sutras de Patanjali)
- La fijeza de la conciencia perceptiva en un lugar determinado, llamada Atención (DHARANA).
Dharana se refiere al hecho de concentrar la conciencia sobre un punto y mantenerla en él. La atención es el primer paso para el conocimiento y aplicada a las cosas espirituales, el primer paso hacia el conocimiento espiritual.
En el libro “El Árbol del Yoga” del maestro Iyengar, compara Dharana con la savia de un árbol:
“Llevar la mente dispersa a un estado de control se denomina dharana. Dharana es concentración, o atención completa. [. . .]
Sin embargo, permanecer positivamente en estado de ausencia deliberada de pensamientos es samadhi.
El estado de presencia de pensamientos requiere una atención deliberada. Asimismo, mantener la ausencia de pensamientos, ni tampoco un estado de presencia de pensamientos. No nos quedamos vacíos. Nos mantenemos llenos y plenamente conscientes. Esto es dharana, el cual conduce con el tiempo a dhyana y samadhi.
“El árbol del Yoga” Autor: Iyengar Año: 2000
3.- Riego con canales desde una acequia.
Oración de unión: El esfuerzo personal del orante es ya muy pequeño: memoria, imaginación y razón son absorbidas por un intenso sentimiento de amor y sosiego: “El gusto y suavidad y deleite es más sin comparación que lo pasado.” (Vida 16,1)
Este 3 nivel que describe Santa Teresa se puede comparar con el séptimo brazo del yoga, denominado Dhyana: Meditación profunda, en los Yoga Sutras de Patanjali.
- El sostenimiento prolongado de la conciencia perceptiva en ese lugar, se llama Concentración (DHYANA)
Uno puede concentrar su mirada interna en los conceptos espirituales o podemos mantener fija la conciencia en ellos, hasta que lo oculto, surja lentamente a la luz, siendo así revelados sus secretos.
Éxtasis o arrobamiento: Se pierde el contacto con el mundo por los sentimientos. “Acá no hay sentir, sino gozar sin entender lo que se goza“ (Vida 18, 1), se pierde incluso la sensación de estar en el cuerpo y cualquier posible control sobre lo que nos acontece. Corresponden con las descripciones de levitación.
En el libro Camino de Perfección (también llamado el Castillo Interior o Las Moradas) detalla las etapas de la oración en 7 pasos. Describiendo el alma como un castillo de cristal o diamante al que se entra por medio de la oración y en el que se van recorriendo diversas moradas.
Teresa insiste en perseverar en la oración con humildad frente a Dios sin exigir o buscar experiencias sobrenaturales: “…importa mucho entender que no a todos lleva Dios por un camino; y, por ventura, el que le pareciere va por muy más bajo está más alto…” (Camino de Perfección 27,2).
O dicho de otra forma: “El verdadero humilde ha de ir contento por el camino que le llevare el Señor" (Camino de Perfección 15, 2).
Este último nivel es comparable con el estado de Samadhi: Iluminación, que describe Patanjali.
- Cuando la conciencia perceptiva, en esta contemplación, se contrae enteramente a esclarecer el sentido esencial del objeto contemplado y se halla libre del sentido de separatividad y de personalidad, esto se llama Meditación (SAMADHI)
Por medio de la fuerza de voluntad, la mente se enfoca sobre un lugar o asunto determinado; Después, esta atención de la conciencia se mantiene fija en un “objeto”; y es entonces cuando nace el deseo de descubrir su sentido a través de pensamientos comprensivos. Pero esto debe hacerse lejos de todo prejuicio personal y con un deseo de beneficio y gratificación propia. Debe existir un amor hacia la verdad, puro y desinteresado. De esta manera la conciencia perceptiva se libera de toda personalidad o sentimiento de separatividad.
- Cuando las tres: Atención, Contemplación y Meditación, se ejercitan a un mismo tiempo, esto se llama meditación perfectamente concentrada (Sanyama)
- Por el dominio de esta Meditación perfectamente concentrada, surge la iluminación de la conciencia perceptiva.
Cuando el hombre/mujer espiritual se halla capacitado para vencer las grabas para la iluminación mental y emocional, este al fin abre los ojos y puede ver claramente, logrando así la percepción iluminada, Samadhi.
Samadhi es la identificación total con el espíritu. La experiencia profunda de “Yo y Dios, Dios y yo somos Uno”.
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