Se trataba de dos sadhus muy piadosos que acudieron a visitar a Ramakrishna, uno de los más grandes yoguis de la India. Se trataba de un padre y su hijo. Anhelaban reunirse con Ramakrishna para recibir la instrucción mística de este gran sabio. Estaban esperando en el jardín a que el maestro los recibiera, cuando de repente apareció una serpiente y picó al sadhu joven. El padre, muy alarmado, empezó a temblar y a dar gritos para que alguien les prestase ayuda. El hijo, sin embargo, permaneció muy sereno, impasible, como si no le hubiera mordido una peligrosa serpiente. Realmente sorprendido, el padre preguntó a su hijo:
--Pero, ¿cómo puedes estar tan tranquilo?
El joven sadhu, muy calmadamente, repuso:
--¿Qué es la serpiente y a quién ha mordido?
*El Maestro dice: En una mente tocada por la consciencia de unidad, los reflejos no se confunden con la realidad.
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