¿Puedes disuadir a tu mente de su vagabundeo
y permanecer en la unidad original?
¿Puedes dejar que tu cuerpo se torne flexible
como el de un recién nacido?
¿Puedes limpiar tu visión interior
hasta ver solo la luz?
¿Puedes amar a la gente y guiarla
sin imponer tu voluntad?
¿Puedes afrontar los asuntos más vitales
dejando que los eventos sigan su curso?
Puedes distanciarte de tu propia mente
para así comprenderlo todo?
Dar nacimiento y nutrir,
tener sin poseer,
actuar sin expectativas,
dirigir sin controlar:
esta es la suprema virtud.
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