La bondad suprema es como el agua,
que todo lo nutre sin pretenderlo.
Se contenta con los lugares inferiores que la gente
desdeña.
Por eso es como el Tao.
Al morar, vive cerca del suelo.
Al pensar, mantente en lo simple.
En el conflicto, sé considerado y generoso.
Al gobernar, no intentes controlar.
Al trabajar, haz lo que disfrutes.
En la vida familiar, permanece plenamente presente.
Cuando te contentes con ser simplemente tú mismo,
y no te compares y compitas,
todos te respetarán.
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