1. Recorrer el camino de la pura razón que conduce al autodescubrimiento.
2. Continuar eliminando una capa tras otra de ignorancia preguntando sin cesar: “¿Quién soy yo?”
3. Llega una etapa en la que el ego deja de controlar y renace de la sabiduría.
4. Reconocer la inmortalidad como la posesión despierta del no-nacido y del Ser inmortal.
5. Percibir la no-acción en causar resultados y abrir el camino de la verdad. En otras palabras, recuerda en toda circunstancia que tú no eres el hacedor y permaneces libre de crear karma. Sirve a los demás sin malinterpretar la verdadera naturaleza de hacer.
6. Concéntrate en el sufrimiento y descubre que este conduce hacia la eterna dicha. El sufrimiento enseña a través de tres etapas: Tolerancia, templanza del alma y éxtasis.
7. Libérate de la dependencia de los apegos exteriores y hazte vulnerable, haciendo así hueco para que Dios entre.
8. Tanto la completa renunciación como la total satisfacción del deseo conducen a la verdad; en ambos casos, el deseo desaparece, lo que es una precondición requerida. Elige uno de los caminos y domínalo.
9. Se consciente de que son la renuncia interior al deseo, a la ignorancia y al egoísmo, y no el monaquismo, los que conducen a la verdad. A través del estado de renuncia uno se convierte en un jnana yogui. Adquirir conocimiento y convertirse en un pandit sólo es el primer paso.
10. Cuando llegues a saber que el Atman y el Brahmán son idéntico, o que tú y el padre sois uno, sé consciente de que has alcanzado la verdad.
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