martes, 26 de julio de 2016

El estrés a corto y largo plazo.





El estrés es considerado un factor de riesgo importante para la salud cuando se alarga en el tiempo. Cuando es una situación puntual nuestro cuerpo reacciona secretando adrenalina y noradrenalina, lo que nos hace afrontar situaciones complicadas de manera exitosa.

En personas sanas no supone un peligro, pero sí en sujetos que padecen cardiopatías, llegando al infarto de miocardio.

Sin embargo, cuando el estrés se alarga en el tiempo, nuestro organismo sustituye la secreción de adrenalina y noradranalina por la hormona cortisol, producida por las glándulas suprarenales. Su exceso en el organismo puede provocar daños en órganos e incluso en el cerebro.

Los efectos a largo plazo de una secrección contínua de cortisol pueden producir:

-Hipertensión arterial
-Infartos de miocardio
-Contracturas musculares
-Cefaléas
-Úlceras gástricas
-Eccemas
-Depresión
-Insomnio
-Accidentes
-Ansiedad
-Sentimientos de vacíao
-Agotamiento
-Fracaso
-Impotencia
-Baja autoestima
-Nerviosismo
-Inquietud
-Dificultad para la concentración
-Baja toleracia a la frustración
-Comportamientos paranoides y/o agresivos, incluso psicosis.

Sin embargo, esta segunda fase del estrés, también llega a su fin. El organismo, incapaz de adaptarse, sufre un colapso conocido como Síndrome de burnout, que consiste en un desgaste extremo, sobre todo en un trabajador, que se haya expuesto a un estrés mantenido. Es una de las causas más importantes de incapacidad laboral.

Los síntomas del síndrome de burout son:

-Intensa irritabilidad
-Intolerancia a la frustración
-Evitación de las taréas estresantes
-Trato interpersonal distanciado, rutinário y mecánico
-Egocentrismo
-Abuso de sustancias
-Absentismo aboral
-Disminución del rendimiento
-Frecuentes conflictos con las personas más cercanas, debido a los cambios mentales.

Lo que los profesionales aconsejan en estos casos es que la persona, si su estrés deriba de su actividad laboral, la incapaciten temporalmente de sus funciones, y se someta a tratmiento psiquiátrico y terapia psicológica.

En cualquier caso, existen erramientas que pueden ayudar al proceso de sanación, esté o no en terapia la persona afectada.
Se ha demsotrado que la respiración es capaz de cambiar el PH de nuestra sangre, acíéndola más ácida al relentizarse y más alcalina al aceleraarse:

Respiración acelerada (hiperventilación) —> disminución del CO2 —> alcalosis
Respiración ralentizada (hipoventilación) —> aumento del CO2 —> acidosis

Los mayores picos de cortisol los experimentamos en las primeras horas de la mañana, y luego van disminuyendo a lo largo del día.
Por eso, muchos practicantes de yoga meditan a primera hora de la mañana, incluso antes de que salga el sol. Auque eso no es tan importante como el practicar yoga, o meditación de manera contínua para acostumbrar al cuarpo a un cambio de PH y de reducción de cortisol.