miércoles, 26 de febrero de 2014

El Buda Esqueletico y el término medio.

 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfWpVt0mOB8joo15bVpdjPDXwdibnG_Vw8N0Yg293DquIWOl3yOZJycKj3oZi6v2ydStEiwd17K-8ZrRcIMgsC_c3lTTRPpr6zYYueKFB1DRUPCJ3cdrHNTJ5hWkLTpQvPE-Iim4Sqc2kd/s1600/budaconsumido.jpg
 

 
"Esta imagen hace referencia al período de la vida de Buda que pasó como asceta en el bosque, aunque no alcanzó su propósito.
Sirve de ejemplo de un comportamiento incorrecto, ya que supone un extremismo que va en contra del camino medio. Los ayunos tan drásticos no son una actividad correcta porque se daña uno mismo.
El ascetismo excesivo vulneraría el modo de vida correcto del noble camino óctuple que aparece en el sermón de Benarés."

Pues de eso trata la reflexión de hoy, de cómo la sociedad, la política, la religión e incluso los medios de comunicación nos manipulan para declinarnos por un extremo u otro hasta el punto de escuchar cosas contradictorias: "Que tomen leche tus hijos que es muy buena para el crecimiento", "Que no tomen leche porque es muy mala para el aparato digestivo y los humanos no están hechos para beber la leche materna de una vaca", "No comas huevos que te sube el colesterol", "Come huevos que tienen colesterol bueno". . .
Pongo ejemplos alimenticios porque son quizás los más usados y viene al pelo con el caso del Buda: "Oye, que si estas sin comer tres días a base de agua, ya verás la lucidez que alcanza tu mente. Te sentirás más ligero y libre de cargas, además tu cuerpo se depurará." Y entre rugido y rugido de tripas Buda lo único que sentía era que tenía más hambre que el perro un ciego  y pensaba "Esto no puede ser sano". 
Pero muchas veces tenemos que vivir los extremos en nuestras propias carnes para saber ya no solo lo que es correcto, si no lo que es mejor para nosotros porque lo que a tí te puede ir bien a una persona le puede sentar fatal, que es lo que parece no entender la medicina moderna, que cada uno es un mundo, pero como nos guiamos por horarios, burocracia, consumismo. . . Y no solo la medicina moderna, esto se puede aplicar a las actividades físicas, los alimentos, el ocio, y para gustos los colores. 
-"Oye, ¿Por qué no haces aerobic? Te iría genial para adelgazar."
-"Pues mira, no lo hago porque tengo las rodillas destrozadas y no puedo dar botes".
O simplemente, gente que te aconseja que hagas algo y tú sencillamente no lo quieres hacer porque no va contigo. Cuando uno hace algo de manera obligada o pensando que si lo hace va a ser bueno para él y después no ve resultados positivos, a la larga se terminará frustrando y se dará cuenta, como le pasó a Buda, que todo tiene un término medio. Cada uno es libre de hacer con su vida y su cuerpo lo que quiera pero siempre va a ver algo o alguien que te intente dirigir por un camino u otro, ya sea porque algo esté de moda, porque al Organización Mundial de la Salud ha dicho que eso no es sano, porque han calificado la talla 40 como talla grande. . . Así, es como se domina las cosas, cambiando de lugar al propio término medio, eso y también cuenta que el hombre es un ser muy dado a seguir a la masa borreguil. ¿Qué mi vecino se ha comprado un Mercedes?, pues yo también. ¿Que mi hermano se ha comprado un chalet? Pues yo otro y además más grande aún, ¿Que mi amiga se inyecta botox? Pues yo no voy a ser menos, ¿Que me he encontrado en la selva a un grupo de ascetas escuálidos que no comen para ver si terminan levitando y llegan al Nirvana? Pues Buda dijo "Oye, que todo tiene un límite". Tanta hambre pasó aquel hombre que terminó muriendo de una indigestión tras una copiosa cena con sus discípulos, bueno, a todos se nos puede ir la mano. A lo que voy es que ya que cada uno es un mundo en sí mismo, no te sientas raro por ir a contracorriente, a lo mejor eres uno de los pocos que saben que esa dirección hacia la que van el resto de borregos conduce a un acantilado, pero cuando lleguen al extremo ya se darán cuenta. . .

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. De todas formas es curioso como el ser humano sabe lo que le conviene escuchando al cuerpo, hasta que milagrosamente llega un punto en que deja de saberlo, mejor dicho deja de oírlo e impone sus creencias a sus sensaciones.
    También está claro que la sensación de ser un borrego debe ser mas placentera que la de ser uno mismo para mucha gente.

    Muy atinado el post
    saludos.

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja, me ha encantado lo de la sensación placentera de ser un borrego. Es que nos gusta que nos den todo masticadito y hecho, sin darnos cuenta que a la larga perjudica porque no enriquece al espíritu.

    ResponderEliminar