sábado, 21 de mayo de 2016

El pericardio o maestro corazón

Comparto con vosotros el extracto de un libro llamado "La vía oculta del aikido y las artes marciales" de Carmelo Ríos. Es un libro realmente interesante que recomiendo leer tanto a los amantes de las artes marciales como a los del mundo espiritual. 
En este caso, Carmelo habla del pericardio, "el corazón principal".

  

"El pericardio actúa como un escudo protector y como un cedazo que filtra las agresiones del mundo exterior, mentales, físicas y emocionales, asegurando así el mantenimiento de la vida del Regente; es decir, del corazón. Muchas de las expresiones populares que hacen referencia al órgano cardíaco, como tener el corazón duro, de piedra, herido, roto, frío, caliente, grande, cerrado o abierto, se refieren en realidad al pericardio que fisiológicamente adopta todas esas formas o posibilidades con objeto de proteger el corazón. 

 Si se considera al corazón como el emperador o el rey del ser humano, el pericardio, literalmente es el chambelán o primer ministro encargado de transmitir las órdenes al resto del cuerpo. Pero como si se tratara de un perro guardián, cuando el pericardio está crónicamente cerrado o endurecido, es causa de no pocos problemas de salud y psicológicos, ya que tampoco permite que nadie o nada se nos acerque, o a lo peor, que salga al exterior lo mejor de nuestros sentimientos, y cierra las puertas a una comunicación o interconexión  energética con el mundo que nos rodea. 

  En la medicina tradicional venida de Oriente, el pericardio está conectado con todo el tejido interno del cuerpo humano, por lo cual, cuando está contractado, esclerosado o endurecido, sobre todo por causas emocionales, afecta a las funciones cardíacas, tanto físicas como psíquicas, al cuerpo astral (que recordemos, se alimenta fundamentalmente de sentimientos y de emociones) y a todo el organismo físico e incluso anatómico, incluyendo la respiración y evidentemente a la relación de esta con el prana o ki. 
En la práctica del buen aikido y otras artes marciales avanzadas, trabajan en profundidad sobre el pericardio para liberar el estrés físico y emocional. Sin duda, los grandes maestros del pasado hicieron por diferentes vías ese gran descubrimiento, y por ello recomiendan a sus discípulos concentrarse durante la práctica a la altura del pecho, incluso esgrimir o proyectar las manos o el sable desde el corazón, como enseña Morihei Ueshiba. Mi maestro, Michael Coquet, desde los tiempos más remotos, siempre me aconsejó esgrimir el sable desde el centro del pecho y nunca desde el vientre, pues esa actitud de presencia en el corazón eleva las energías háricas hacia arriba, al encuentro de vibraciones mucho más sutiles y evolucionadas. Por otra parte, el simple gesto de nuestras manos extendidas desde el corazón es altamente simbólico, de una necesidad de expresar la naturaleza profunda de nuestra alma luminosa o inmortal. 

 Los sheijs (maestros) sufíes descubrieron que existía una misteriosa y oculta relación entre los ojos, las manos y el corazón. En las antiguas y secretas escuelas de jiu-jitsu tradicional se sabía que los grandes expertos en el arte eran capaces de ver en la oscuridad con las palmas de las manos, y este es uno de los gestos supervivientes de antiguas épocas que aparece en las artes marciales superiores, cuando extendemos nuestras manos hacia el compañero de práctica. Es muy revelador el hecho de que en las imágenes de los maestros de karate-do o de aikido (ya ancianos) estos aparezcan con las manos abiertas y extendidas a la altura del corazón y nunca con los puños cerrados".




No hay comentarios:

Publicar un comentario