Muchos aseguraban que estaba loca, mientras que para otros era una divinidad que expresaba los versos de Dios. Hubo quien la difamó, y miles que la siguieron como una Maestra. Pero las calumnias llegaron a poner su vida en riesgo: se decía que un enemigo musulmán disfrazado de devoto suyo había asistido a las reuniones de Mira y le había besado los pies. Tal deshonra era inaceptable para su esposo, que le ordenó: "¡Encuentra un río y ahógate!", como única alternativa para preservar su dignidad. Mira obedeció el mandato. Sin embargo en el momento de arrojarse al agua, Krishna la salvó y le indicó que lo abandonara todo y lo siguiera hasta Brindaban, sitio de peregrinación en honor a Krishna.
En su camino, Mira recibió el afecto y la devoción de la gente.
Tiempo después, se reencontró en Benarés con su arrepentido esposo, que vestido como un asceta la buscaba para implorarle perdón. Juntos regresaron al reino.
Mira enviudó a los veinticinco años y su hermano tomó el trono. Las envidias y las blasfemias volvieron a acecharla, pero su amante Krishna siempre la protegió.
Cuenta la leyenda que volvió a partir hacia Benarés y allí propagó la palabra del Señor hasta el momento en que sintió que era hora de dejar el cuerpo. Entonces cantó y bailó en honor a Krishna, como tantas veces lo había hecho, hasta que su imagen desapareció en el éxtasis de la danza.
Mira Bai es el símbolo de la poesía que expresa la devoción absoluta y el amor total.

Precioso Amrit gracias por tu trabajo cielo
ResponderEliminarNo podía faltar Mirabai. . .
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