miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿Cuánto tiempo vivimos realmente? (Cuento del norte de la India)

Extracto del libro "Historias para Ganar el Mundo" de la Doctora Bibi Inderjit Kaur

Cuando Guru Nanak y sus acompañantes, Bala y Mardana, viajaban, llegaron a una ciudad. Guru Nanak decidió detenerse a las afueras de la ciudad donde encontraron un jardín fresco y descansaron ahí.
"Su santidad, tengo mucha hambre", le dijo Mardana a Guru Nanak.
"¿Por qué no vas a la ciudad a conseguir algo de comida? Así sabrás de paso qué tipo de personas viven en esta ciudad", le sugirió guru Nanak. Gracias a su poder de ver lo no visible, él ya sabía todo a cerca de la gente de ese lugar, pero quería que Mardana aprendiera otra lección.
Mardana se dirigió a la ciudad. En el camino, pasó por el cementerio, vio los nombres y las edades escritas en todas las lápidas. Algunas estaban marcadas con cinco años, otras con diez años, algunas más con quince años y unas cuantas mostraban veinte años, pero en ninguna de la tumbas había una edad mayor a veinte años a juzgar por las fechas de muerte grabadas en ellas.
Mardana estaba sorprendido, "¿Qué sucede con la gente de este lugar? ¡Ninguna de estas personas vive más de veinte años! ¿Por qué la vida es tan difícil aquí de modo que todos mueren tan jóvenes. Debo descubrir el porqué de esto", pensó Mardana y siguió caminando.
Cuando llegó a la ciudad, vio a un hombre viejo con su barba blanca y larga sentado fuera de su casa. Después vio a varias mujeres de edad media haciendo sus quehaceres domésticos. Allá donde mirara, veía a gente que tenía más de veinte años de edad.
Mardana sentía una gran curiosidad. "Si hay gente más vieja en esta ciudad ¿por qué no mueren ellos también? ¿Por qué la gente sólo muere cuando son menores de veinte años?", él se preguntaba. Se armó de valor y decidió hablar con el anciano de largas barbas blancas.
"Discúlpeme, señor" dijo, "¿Podría decirme cuántos años tiene?"
El anciano le contestó: "Tengo ciento cuatro años de edad".
Entonces Mardana ´le preguntón: ¿Podría usted ayudarme a resolver este misterio? Ninguna de las sepulturas del cementerio muestran que el difunto tuviera más de veinte años de edad, sin embargo, claramente se ve que la gente de este pueblo vive mucho más que eso. ¿Por qué no hay sepulturas para la gente mayor?"
"Ese es un misterio fácil de resolver", le contestó el anciano. "Permítame explicárselo. En este pueblo somos muy espirituales y devotos de Dios. Creemos que el tiempo que le dedicamos a Dios es el único tiempo en esta vida que vale. Cada uno de nosotros tiene un libro de registro. En él anotamos cuanto tiempo pasamos en meditación, leyendo las escrituras o sirviendo a Dios y a la humanidad. El resto del tiempo lo consideramos desperdiciado y que no vale la pena tomarlo en cuenta en nuestra verdadera edad. Cuando alguien muere, vemos su cuaderno de registro y contamos las horas, meses y años registrados. Así es como nosotros sacamos la edad real de cada personas. Entonces escribimos esa edad verdadera en la sepultura".
Después de escuchar todo esto, Mardana se quedó impresionado e impaciente por contárselo a Guru Nanak. Le dio gracias al anciano por compartir esa información y regresó aprisa al jardín donde había dejado a Guru Nanak. Lo encontró meditando bajo la sombra de un gran árbol.
"Su santidad, ¡Hoy he descubierto el secreto de la vida!" Anunció Mardana a Guru Nanak. "He aprendido que nuestra verdadera edad es el tiempo que vivimos una verdadera vida, como Dios y el Gurú quieres que vivamos".
Guru Nanak se rió. "Por eso decidimos detenernos en este pueblo. Quería que vieras que aún hay personas conscientes que quieren usar esta vida humana correctamente para ser una con Dios. Estas son las personas bendecidas. Serán bendecidas aquí y siempre, porque valoran cada momento que viven en su más alta conciencia".

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